ENSEMBLE IBN BÁYA
La herencia musical de Al-Andalus, la España hispano-musulmana durante más de siete siglos, quedó dividida cuando se consumó la expulsión de los hispano-árabes de la península Ibérica. En la España cristiana esta herencia quedó diluida en las músicas populares, el lenguaje y en la temática oriental de los romances y otras formas de la música culta. En el norte de África se recogió y mantuvo en la tradición oral en lo que se denomina hoy música Andalusí-Magrebí. El Ensemble Ibn Baya formado por músicos marroquíes y españoles quiere hacer realidad el encuentro de estas dos herencias de Al-Andalus separadas e ignoradas durante siglos. Dos culturas que hoy quieren unirse a través del mar Mediterráneo, intentando llegar a la ""esencia"" de estas tradiciones en la búsqueda de una forma nueva de interpretación de este monumental patrimonio musical, basándose en los antiguos maestros (evitando el estilo oriental). El nombre de Ibn Baya corresponde al músico y filósofo Avempace (Zaragoza 1070-Fez 1138) que, como el grupo que quiere llevar su nombre, vivió tanto en Andalus como en el Marruecos del siglo XI y XII. El Ensemble Ibn Baya espera con esta música tensa y expresiva, mostrar a nuestro mundo la belleza de las melodías andalusies-magrebies y el secreto de la técnica vocal e instrumental específicas de esta música modal. EDUARDO PANIAGUA INSTRUMENTOS Laúd oriental ('Oud),Casablanca, legado de Said Chraibi, afinación DO-SOL-RE-LA-MI-DO (o RE). Laúd andalusí, Reproducción de laúd arábigo-andaluz medieval de la arqueta de marfil de Leire (Navarra) de Faray, hijo de Almanzor, año 1004, realizada por Carlos Paniagua en 1995, afinación SOL-RE-LA-MI-SI, con cuerdas y trastes de tripa. Viola, Francesco Ruggieri, Cremona 1671, legado de Temsamani. Afinación MI-LA-RE-SOL, cuerdas primera y segunda de tripa e interpretación sobre la pierna izquierda. Flauta a bisel en DO, Madera sobre modelo del Renacimiento. Flauta a bisel en DO (Fhal), Metal sobre modelo árabe medieval. Tar andalusí, Pandereta de cinco sonajas. Darbuka, Tambor metálico en forma de cáliz con parche de piel de cordero. En la presente grabación se utiliza afinación no temperada de los instrumentos, con MI, el SI y el FA sostenido más bajos, y el MI bemol más alto, respecto a la escala actual occidental. En la música andalusí no se utiliza el cuarto de tono oriental.
IBN BÁYA
Omar Metioui.Ha sido primer laúd de la orquesta de Conservatorio de Tánger.
El Arabi Serghini. Ha sido cantor solista de la orquesta del Conservatorio de Tánger y de la Zawya religiosa de Tánger.
Luis Delgado Miembro de CALAMUS y compositor de Alquibla y obras para el balet de Víctor Ullate y de la compañía de teatro de José Luis Gómez.
Eduardo Paniagua Miembro fundador del grupo CALAMUS, miembro entre los años 1966 a 1983 del grupo ATRIUM MUSICAE y en la actualidad director del grupo MÚSICA ANTIGUA con el que realiza la grabación integral de las Cantigas de Alfonso X y la música de las Tres Culturas: Sefardí, Andalusí y Cristiana Medieval.
LA ESTRUCTURA MUSICAL ANDALUSI-MAGREBI A TRAVES DE LA OBRA DE IBN BÁYA I. EL TAB' (MODO) DE LA NÚBA: SÍMBOLO DE LA ESTRUCTURA
El arte musical andalusí-magrebí esencialmente modal, está basado en dos conceptos claves: El Tab' (lit. naturaleza), que como ocurre con el maqám, o modo árabe oriental, designa la escala modal, así como la reacción psico-fisiológica que suscita. La núba término que comenzó a utilizarse en el siglo VIII en la corte abasí de Bagdad, y que definiría el ""turno de actuación"" de los artistas, posteriormente pasó a designar la ""sesión musical"" en sí misma.
Una tendencia místico-metafísica caracteriza el ""árbol de los temperamentos"" o árbol de los modos, conocido en esta tradición como Shajarat al-T-tubû', recogiendo los modos fundamentales que la integran, así como sus derivados, según los cuatro humores y sus elementos cósmicos correspondientes. En su aspecto musical y poético, tanto la núba como el tab' producen un efecto particular y un ambiente en correspondencia a un carácter expresivo y a un momento determinado del día. Por esta razón, la existencia del número simbólico de veinticuatro (nawbát) núbas con sus veinticuatro tubú' (modos). La núba, modificada en el occidente musulmán por Ziryâb (s. IX), encontró su desarrollo con el ilustre Ibn Báya (Avempace). El canto según la núba, permitiría que el ritmo musical predominara sobre la métrica poética, y conllevaría una serie de renovaciones, entre ellas la creación de géneros estróficos como la moaxaja (Muwashshah), y su versión popular, el zéjel. Esto produjo una revolución poético-musical que rompería con la estructura rígida de la antigua qasida clásica monorrima, lo que contribuiría a fomentar un arte cuya popularidad se propagaría por el mundo árabo-islámico, e influiría en el fondo y la forma del repertorio de los trovadores provenzales. La núba tradicional en toda su riqueza, está formada por dos partes importantes. Una parte preparatoria compuesta de oberturas, preludios instrumentales (Msháliyya y Bugya), y vocales (Inshád y Mawwál), y otra , la parte principal, formada por fases vocales o Mízán (ritmos), generalmente cinco. Cada una de estas partes tiene una rítmica y dinámica propia, y encierran un conjunto de piezas vocales acompañadas a su vez de introducciones y preludios internos.
II. IBN BÁYA
Abú Bakr Ibn Yahya al Sâyigh, conocido como Ibn Báya (el Avempace de la escolástica latina) nació en Zaragoza (1070), y murió en Fez (1138). Sabio hispano-musulmán renombrado, conocedor de la filosofía, las matemáticas, las ciencias naturales, la medicina, y la astronomía, fue también un artista reconocido, dotado de unas cualidades especiales para la poesía y la música. Su arriesgada vida, llena de tribulaciones, se caracterizó por un espíritu profundo y un desgraciado destino. Ministro en varias ocasiones, en otras fue encarcelado y, según se cuenta, murió envenenado por los médicos quienes, envidiosos, querían desembarazarse de su competidor. Por su admirable rigor intelectual, ejerció una profunda influencia sobre el pensamiento de sus contemporáneos: Ibn Rushd (Averróes), y Alberto Magno, entre otros. Su obra marcaría toda la Edad Media. Como intérprete de cuentos populares su nombre fue conocido por escritores del siglo XVII como Gracián y Morales. Nos legó más de veinticuatro obras, entre ellas la conocida ""Tadbrir al-Mutawahhid"" (El régimen del solitario), obra inacabada. Durante su época, es decir, bajo el período almorávide y almohade (siglos XI-XIII), al-Andalus y el Magreb conocieron una etapa de fusión importante, y sus fructíferos resultados repercutieron en aquellas actividades que concernían al gusto y el espíritu. Un número considerable de sabios, escritores y músicos famosos de las dos orillas compusieron melodías sobre textos de los poetas de los dos países. Ibn Báya fue autor de reformas decisivas que posteriormente se dejaron sentir en la escuela musical andalusí-magrebí