MULÁY AHMED LÚKÍLÍ
Nace en Fez en 1909 en un entorno enamorado de la música y próximo a los Sultanes Alauitas. Muláy’ Abd l–’Azíz y Muláy’ Abd L-hafid, melómanos y protectores del repertorio clásico de la música tradicional marroquí conocida por el nombre de al-ála.
Su padre, gran conocedor de este arte, está entre los pioneros de la introducción del piano como elemento renovador en el seno del instrumentarium de la música tradicional en Fez. Muchos maestros venían a intercambiar sus conocimientos musicales con el padre de Muláy Ahmed. Este medio propicio jugará un papel determinante en la formación y la orientación del futuro gran maestro de la núba andalusí-magrebí del siglo XX. Dotado de un don excepcional, no tuvo ninguna dificultad para integrarse gradualmente en las diversas disciplinas de este arte. Desde su niñez frecuentó la escuela coránica donde aprendió el Corán, que constituye la base de la lengua árabe. Continuó su aprendizaje en la Universidad al-Qarawiyyín (construida en Fez por Muláy Idhis hacia el año 860). Allí va a forjar su formación en las diversas ramas de las ciencias islámicas, la lengua árabe, la literatura, etc. Esta formación multidisciplinar va a dotar a Muláy Ahmed de un gran conocimiento que le colocará por encima de sus compañeros, y le provocarán la admiración de todas las personas que le han tratado de cerca. En música sus primeros maestros fueron M. Záhí Brráda en el laúd, Shij M. ‘Ayyush y A. Kurrísh. Pero no es más que con los grandes maestros, los faqíh Muhamed Ben ‘Abslam L-Bríhí y Muhammed Ben Drís L-Mtírí, con los que va a perfeccionar sus conocimientos musicales, y mejorar el conjunto del repertorio del al-ála practicado en Fez, la capital cultural de Marruecos.
Entre todos sus condiscípulos será el único en obtener una aprobación manuscrita de cada uno de sus maestros, detalle revelador del alto nivel artístico, cultural y de disciplina de Lúkílí. Otro elemento no menos importante en su formación es la za’wya (cofradía religiosa) en el daríh (mausoleo) de Muláy Idris, donde se reunían todos los especialistas de la samá’ (canto místico religioso principalmente vocal).
Los miembros de la primera formación musical en la que participa, bajo la dirección de su maestro, son, según la FOTO A del año 1931, de derecha a izquierda:
M. A. Lúkílí (Laúd), ‘Uthmán t-Tází (Laúd), m‘allem Bríhí (Rabáb), l-Gálí sh-Shráybí (Viola), Drís Smíres (Viola), Muhammed Dádí (Tár).
Como consecuencia de presiones nacionalistas de la época del protectorado francés de Marruecos, la familia Lúkílí se ve obligada a abandonar Fez instalándose en 1936 en Tánger. Muy pronto los músicos de Tánger se reunirán con aprecio y estima alrededor del joven maestro fesí Muláy Ahmed Lúkílí por sus cualidades extraordinarias. En 1940 crea la Asociación “Ijwán al-Fann” (los hermanos del arte) que agrupando a los mejores melómanos jugará un papel primordial en la formación de los músicos y en la promoción de la música andalusí en Tánger. Entre los miembros importantes de esta asociación se pueden citar (FOTO B):
Muláy Ahmed en el centro con el Rabáb, Muhammed ben ‘Arbí Temsamání a su izquierda con el laúd.
Detrás: Ben Tayeb al-‘Arabí (Viola), Muhammed Ben Abdessadaq y algunos otros músicos de la asociación: Abdeslam Ben Abdelláh (Tár), Mojtár Bú-‘Alí, Abdelmajid Bensouda, s-Sadíq l-Ftúh, Abdellatif Rayhani (Munshidín), Rkayna... Muláy Ahmed será invitado por el conservatorio de música de Tetuán para enseñar, por lo que vivirá un tiempo entre Tánger y Tetuán. Participa en las actividades de la orquesta de música andalusí del conservatorio bajo la dirección del maestro ‘Ayyáshí L-Uraglí. Esta experiencia le será muy enriquecedora, ya que le permitirá conocer el repertorio andalusí conservado únicamente en el norte del país: Tetuán, Chefchaouen y Tánger, iniciandose en la técnica del juego instrumental que estaba más desarrollado en relación al resto de Marruecos.
En 1947 volverá a Fez fundando una orquesta con el apoyo de grandes melómanos como Muhammed Ben Abdelkrim l-Zraq y Hájj Muhammed Ben l-Mlíh. Esta orquesta estará compuesta por los mejores músicos (FOTO C): Haj l-Bzour t-Tázi, M. Masano, M. Bouzouba‘, M. Qalqouli, M. Zwiten...
En 1952 Muláy Ahmed es llamado para dirigir la orquesta de música andalusí de la Radio Nacional. Esta orquesta estaba compuesta de músicos provenientes de diversas regiones del reino de Marruecos: Rabat, Salé, Fez, Tánger, Chaouen, Marrakech, etc.
FOTO D, del año 1953. Al centro: Muláy Ahmed Lúkílí (Dirección/Laúd/ Canto).
De derecha a izquierda, primera fila: Muhammed t–Tawd (Darbúga, Munshid) l-Gálí l-Jayyátí (Violín), Hbíbí Mbírkú (Rabáb), l-Husayn Ben l-Mekkí (Violín), L-Gálí sh-Shráybí, Mustafá l-Meknásí: Viola, ‘Umar l-‘Awfír (Piano/ Violoncello/ Arpa...)
Segunda fila: Ben Mehjúb s-Sláwí (Laúd), s-Sgír l–‘Awfír (Violín), Ahmed Ben yousef (Banjo), Muhammed z-Zemmúrí (Tár y Munshid), desconocido (Viola).
En esta foto faltan: el gran laudista: Ahmed sh-Sháf‘í, el gran violista: Muhammed Ben l-Jadír, el clarinetista M. l-Mensúrí Tlemsání, la extraordinaria voz de Muhammed l-Mensúrí y Abdelmasid Ben Omar.
Después de la muerte de alguno de estos músicos, jóvenes talentos se unirán a esta formación:
Gítá l-’Awfír (Piano), Muhammed Merrúch (Clarinete), Saíd (Náy), L-‘Arbí Cherguí (Violín), Muhammed Ftíwta (Violín), Búgáleb (Violoncello), Ahmed Chelh (Viola), Abdeslam Cháwní (Darbúga, munshid), l-Yemláhí (Tár), Muláy ‘Alí (Acordeón/ Contrabajo)...
Con esta orquesta formada por lo mejores instrumentistas (‘ázifin o ‘áliyyín) y cantores (munshidín o musammi’ín) tradicionales de Marruecos, Lúkílí va a realizar su “sueño musical”. Favorecido por un gran respeto por parte de sus músicos, que son al mismo tiempo sus discípulos, va a poder realizar innovaciones y renovaciones del al–ála según los rigurosos principios, al mismo tiempo que una apertura destacable, de un músico educado en complejas claves de la tradición oral.
Con esta orquesta realizará numerosas giras de conciertos en muchos paises representando a Marruecos a través de su tesoro musical. Los archivos de la radio y la televisión se llenan de grabaciones que van a modificar el futuro de la música andalusí, revelando su belleza a toda la sociedad marroquí, que hasta entonces había estado dividida a causa de la famosa “dahír al-barbarí”, ley colonialista que diferenciaba a los marroquíes en árabes y bereberes. De este modo participó en la difusión e irradiación de esta música que será elevada al rango de música clásica perteneciente al “patrimonio de la humanidad”.