CANTIGAS ANDALUCÍA
Alfonso X, llamado con justicia el Sabio, fue un eminente poeta, historiador y músico. Un intelectual científico, instruido y curioso, que realizó un corpus de erudición sin parangón en su tiempo. Su obra la consideraba un homenaje a la humanidad en estrecha comunicación con Dios. Fue protector de sabios, y activo editor de libros, que revisaba, corregía, mejoraba en su lenguaje y estilo, e ilustraba con bellísimas miniaturas. Eligió los idiomas romances vernáculos (castellano y galaico) en vez del latín como expresión literaria y artística.
Su obra poética descansa fundamentalmente en las Cantigas de Santa María, la colección de 427 poemas o himnos referidos a los milagros conseguidos gracias a su intercesión. Están basados en el gran repertorio europeo de milagros de la Virgen, preparadas para ser canciones al crear melodías con bella notación musical y extraordinarias pinturas miniadas en los códices de pergamino.
Las Cantigas son una “autobiografía espiritual” de Alfonso X (Snow), al expresar su esperanza en que la Virgen, como su abogada, interceda en su acierto como rey y en su salvación tras la muerte. Las Cantigas son una valiosa fuente histórica y testimonio de los hechos escritos en primera persona con sucesos contemporáneos, y con datos de sus dolencias del alma y cuerpo, reflejo de sus enfermedades (cantigas 209, 235, 279, 354, 366 y 367).
En esta selección de Cantigas de Andalucía, que corresponden a las últimas de los códices, se refleja su deseo de expulsar de España a los moros y las guerras contra Granada y Marruecos (Cantigas 169, 181, 215, 323, 345, 360, 401 y 406) y algunas de las 24 Cantigas que quedaban por grabar de las 24 del santuario del Puerto de Santa María. Su poesía es “realista, devocional, teológica, humorística y satírica” (O´Callaghan), bajo lenguaje de trovador declarado de su amor a Santa María, creando un “tesoro artístico sin parangón” en la civilización occidental.
La presente selección de cantigas en tierras de Andalucía completa las grabadas y editadas con anterioridad en Pneuma: Cantigas de Sevilla PN2-590, Cantigas de Jerez PN-570 , Puerto de Santa María 1 PN-220, Cantigas de Murcia PN-1560 y otras contenidas en los CDs Remedios Curativos PN-240, Bestiario PN-340 y Cantigas de Extremadura PN-420. En general estas cantigas corresponden a la segunda y tercera centena, última parte de los códices, con temas cercanos a los acontecimientos biográficos del rey y su corte de Sevilla.
LA CRUZADA HISPANA DE ÁFRICA Y LA REVUELTA DE LOS MUDÉJARES
La presencia de numerosos mudéjares (andalusíes musulmanes) en el interior del recién conquistado reino de Andalucía fue uno de los grandes problemas de Alfonso X. En el Bajo Guadalquivir y la comarca del Guadalete y Cádiz, conservaron su organización ciudadana y práctica religiosa, a cambio del pago de tributo a la Corona de Castilla. Las nuevas fronteras no estaban seguras. Se produjeron los levantamientos de Tablada 1252, de Jerez 1255-61. Quedaban tres núcleos musulmanes con inestable vasallaje: el del rey de Niebla y el de Ibn Hud rey de Murcia y el nuevo reino nazarí de Granada, creado tras el pacto de Jaén en 1246.
Alfonso X solicitó ayuda al papa Inocencio IV en 1252 y a Alejandro IV en 1255, con apoyo de Don Lope obispo de Marruecos, para dar carácter de cruzada pontificia, con indulgencia plenaria de la misma categoría que la de Tierra Santa, al proyecto castellano de atacar el norte de Marruecos para evitar nuevas invasiones desde África. Se predicó la cruzada en las Cortes de Toledo de 1254, en el sur de Francia, Italia e Inglaterra. Se consiguieron 10 galeras de Pisa y Marsella en 1256 y se escogió Alcanate (al-Qanatir,) con el nuevo nombre de Puerto de Santa María, como base naval en el océano Atlántico, no sin protestas de los moros del reino de Jerez. Después de someter Jerez, el reino de Niebla y la ciudad de Cádiz, quedó reducida la frontera de islam peninsular al reino de Granada, como vasallo de Castilla. La cruzada de África comenzó en 1260 con la expedición y saqueo de Salé (cantiga 324), junto a Rabat, recién ocupada a los almohades por los benimerines de Abu Yusuf Yaqub ben Abd al Haqq.
Pero el proyecto de cruzada se interrumpió de golpe cuando en marzo de 1264 se produjo la revuelta de los mudéjares de Andalucía y Murcia con apoyo del rey de Granada. En tres semanas Alfonso X, que estaba de viaje por su pretensión a la corona del Sacro Imperio Romano Germánico, perdió a su primogénito y heredero infante Fernando y 300 villas, castillos y fortalezas. En otoño, por la intervención de su segundo hijo Sancho, se aplastó la revuelta en la baja Andalucía. Alfonso X con la ayuda de su suegro Jaime I de Aragón y su yerno Alfonso III de Portugal recuperó Murcia, y después Córdoba y la vega de Granada. Mas tarde reconquistó Calatrava, Villa Real y Osuna.
Clemente IV en 1265 extendió la bula de cruzada para el territorio de Andalucía, desviando el apoyo de Tierra Santa a favor dela lucha contra los mudéjares de Castilla, con aportación de diezmos eclesiásticos para estas batallas. Por su parte el rey de Granada pidió ayuda a Abu Yusuf con sus benimerines de Marruecos, pero Alfonso X logró debilitar Granada, pues Málaga y Guadix pidieron alianza a Alfonso X para defenderse de la invasión de los marroquíes. Finalmente Granada firmó nuevas treguas de vasallaje a Castilla en 1267.
Después de todo ello, el rey impulsó la repoblación de Andalucía, en especial en Murcia, el Puerto de Santa María y Cádiz. En éste contexto están las cantigas 169 de Arrixaca de Murcia y las 24 cantigas dedicadas a los milagros de Santa María en la iglesia de El Puerto de Santa María, que pretendía atraer población a la villa. A Cádiz le fue concedida sede de obispado por Urbano IV en 1263, trasferida desde Medina Sidonia en 1267. Pero las nuevas invasiones benimerines en 1277 devastaron la zona y hasta 1281 no tomó seguridad la ciudad de Cádiz y toda su región (cantiga 345). El rey Alfonso X agravó sus enfermedades en Sevilla (cantigas 348, 366, 367 y 386).
El equilibrio de las fronteras estuvo de nuevo en peligro, pues los grandes nobles de Castilla y León (Lara, Haro, Castro, Roa, Cameros, etc.), descontentos con la merma de privilegios y el aumento de impuestos para la guerra, conspiraron contra su rey uniéndose a Abu Yusuf y el rey de Granada. Alfonso X hostigó de nuevo a Granada y tras la derrota de los castellanos en Algeciras, enfrentados Granada y Abu Yusuf, fueron los granadinos los que pidieron alianza a Alfonso X.
En los últimos años de su vida, con la sublevación de su hijo y heredero Sancho, del resto de la familia real, los nobles y los obispos, Alfonso X con el exclusivo apoyo de Sevilla y Murcia pidió ayuda a su eterno enemigo Abu Yusuf a cambio de permitir saqueos en Córdoba, Toledo y Madrid. Reconciliado con su hijo Alfonso X muere en Sevilla en 1284 con 62 años. Tuvo un denso reinado de 32 años con la consolidación de las conquistas de su padre Fernando III y el rechazo de intentos de nuevas invasiones marroquíes. Todo esto, junto con su extraordinaria tarea cultural, le asigna como uno de los mas grandes reyes de la España medieval. Sus cantigas, y en especial estas de Andalucía, reflejan todo ello.
Eduardo Paniagua