DHIKR Y SAMÁ’
El contenido musical de este disco de Pneuma “Dhikr y Samá’” de la cofradía al-Shushtariyya, producido y editado por Eduardo Paniagua bajo el patrocinio de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional), da continuidad al disco Ritual Sufí-Andalusí editado por la serie Hispánica de Sony Classical, realizado con los mismos músicos, autores y producción. Recoge el espíritu sufí y estas prácticas desconocidas en el mundo occidental, junto con los poemas embriagadores de al-Shushtarí, ofreciendo su belleza e intensidad con las que es fácil que sintonice la sensibilidad y la religiosidad del ser humano universal.
SUFISMO
La expresión sufí aparece por vez primera en el año 776 atribuyéndose a un asceta iraquí. En el siglo IX se utiliza para designar a austeros místicos y ascetas de Bagdad. En los años 980 y 991 se instauran en El Cairo y Bagdad respectivamente las primeras cátedras de enseñanza sufí.
La etimología más aceptada de la palabra sufí es la que la relaciona con suf (lana), ya que el sufí iría cubierto por una capa de lana, signo exterior de pobreza y desapego. Otra explicación la relaciona con safa (pureza), simbolizando la purificación de los deseos en la espiritual vida del místico. También se ha comparado el término sufí con la palabra griega sofía (sabiduría), por la tendencia hacia la filosofía y el conocimiento de ciertos místicos herederos del helenismo y el cristianismo.
Aunque según Ibn Jaldún (1332-1406), la enseñanza del sufismo está situada entre el Kalam, teología clásica musulmana, y la interpretación de los sueños (visiones, imágenes, emociones), el sufismo es ante todo una experiencia interna y una forma de vida y comportamiento que conjuga el retiro a la soledad del desierto interior y la salida de si mismo a través del éxtasis, para el encuentro amoroso con Dios.
LAS COFRADÍAS
Desde los orígenes del Islam, los fieles se agruparon en torno a los maestros espirituales, que serán la referencia para sus seguidores formando las cofradías. El maestro perpetuará el Camino o la doctrina y costumbres que haya trazado, y los estrechos lazos comunitarios que identifiquen a sus seguidores. Las cofradías eran refugio de los peregrinos, tanto material como espiritualmente, permitiéndoles participar en las ceremonias colectivas de los sufíes como los Samá, conciertos espirituales con canto, música y danza, o los Dhikrs, plegarias repetitivas que atraían a un público fascinado por estas expresiones de lo sagrado.
Las cofradías han sido consideradas el “alma del Islam”, siendo aguijón de las conciencias, y ejerciendo influencia sobre la educación, la cultura y la vida política y social.
Los historiadores han visto tres períodos en la compleja evolución de las cofradías.
Una primera etapa aristocrática, semejante a lo que más tarde sería los comienzos de las órdenes mendicantes como los franciscanos, donde el maestro y varios discípulos recorren caminos y ciudades, viviendo juntos sin reglas precisas, cargados de emotividad y experimentando prácticas de devoción individuales y comunitarias. Esta etapa tiene las características de: juego, recogimiento, entusiasmo y éxtasis.
En una segunda etapa de madurez y adaptación a la sociedad burguesa, durante los siglos XIII al XV, desde Siria a Andalucía, las cofradías se organizan y precisan las doctrinas, los métodos y las reglas de vida, y se definen los caminos (tariqat).
A partir del siglo XVI y bajo el influjo del Imperio Otomano, en una tercera etapa popular, las cofradías sufíes se multiplican y ramifican sobre la base de la figura del maestro fundador, una cadena iniciatica con subordinación jerárquica, y el culto de los santos. Se compaginan varios elementos, por una parte un misticismo demasiado intelectualizado, y por otra un sufismo popular, en ocasiones mezclado de creencias mágicas.
Ibn Arabi (1165-1240), nos informa que en los siglos XII y XIII las cofradías y los sufíes de su Andalucía natal y del Norte de África presentaban numerosas escuelas, congregaciones y tendencias religiosas, cuya unidad, a pesar de las diferentes condiciones familiares y profesionales, provenía de las prácticas religiosas idénticas, más que de una regla y vida común. Algunas cofradías consagraban su vida en defensa del derecho y la protección del débil contra la violencia y la injusticia, tomando las características de una orden de caballería.
La cofradía de Mewlana, fundada en Turquía por los discípulos de Jalalodin Rumi (1207-1273), llevó las practicas religiosas (Samá) con música, cantos y la danza circular de los derviches giróvagos a un ejercicio místico de la más alta categoría.
LA ORACIÓN
Los maestros sufíes describen diversos tipos de oración: la litúrgica obligatoria o canónica; la supererogatoria sin obligación y según circunstancias; los jaculatorios ocasionales; la lectura meditativa del Corán; la oración silenciosa; la contemplación solitaria; el Samá, canto religioso acompañado o no de instrumentos musicales, gestos y danza; y el Dhikr o remembranza de los nombres divinos.