Patronato de la Alhambra y Generalife
El presente Disco, es fruto de un encargo de la Dirección del Patronato de la Alhambra y Generalife al reconocido especialista en música medieval, Eduardo Paniagua, con motivo del programa conmemorativo de actividades que este Patronato viene desarrollando sobre la figura del escritor norteamericano Washington Irving, coincidiendo, primero, en 2007, con la celebración del 175º aniversario de la publicación de la primera edición de sus Cuentos de la Alhambra hasta este año 2009, fecha del 150 aniversario de su muerte. Las canciones han sido compuestas exclusivamente para esta ocasión en el convencimiento de que serán del agrado de sus oyentes y servirán para reforzar, en clave musical, el valor que representa la publicación de los Cuentos de la Alhambra y la figura de su autor en la difusión del Conjunto Monumental de la Alhambra y el Generalife. Es por ello, que hoy, con motivo de la Inauguración de la Exposición Temporal “Washington Irving y la Alhambra. 150 aniversario (1859-2009)” ve la luz este trabajo que esperamos sea del agrado de todos.
En Granada, a 1 de octubre de 2009.
Maria del Mar Villafranca Jiménez (Directora del Patronato de la Alhambra y Generalife)
Eduardo Paniagua, nacido en Madrid en 1952, es arquitecto y especialista de la música de la España medieval. En 1994 funda el sello discográfico PNEUMA con el que edita sus producciones musicales. En su trayectoria musical ha participado constantemente en los escenarios de conciertos y en gran parte de sus producciones discográficas. Por su trabajo musical a favor de la convivencia de culturas ha recibido en 2004 la Medalla de las cuatro Sinagogas Sefardíes de Jerusalén, y por la difusión de estas músicas inéditas recibe excelentes críticas y premios internacionales, siendo nominado en los años 1997, 2000, 2004, y premiado en 2009, como Mejor Intérprete de Música Clásica por la Academia de la Música de España.
WASHINGTON IRVING
Washington Irving (1783-1859), escritor y diplomático nacido en Nueva York, llegó a la Alhambra en la primavera de 1829. Vivió en el propio palacio y fue cronista de sus habitantes al escribir el conjunto de leyendas e historias que nos dejó en su libro Cuentos de la Alhambra. Este libro fue editado en Londres en 1832 y reeditado con ampliaciones en Nueva York en el año1857.
Irving no inventa las leyendas que narra, sino que transmite la tradición que escucha a sus vecinos de la Alhambra. Utiliza el material de unas leyendas para urdir las siguientes, como el caso de la tímida Zorahaida de la leyenda de las tres hermanas princesas, que será bautizada y dejará su maravilloso laúd en la leyenda de la Rosa de la Alhambra, uno de los cuentos mejor compuesto de todo el libro, a juicio de Andrés Soria, responsable de la introducción
La Alhambra es el paraíso terrestre, objeto de devoción, fortaleza coronada de torres en la cumbre de la colina. Dice Irving “Cuantas canciones y baladas, árabes y españolas de amor, de guerra y de lides caballerescas, van unidas a este palacio oriental”.
A lo largo de todos los capítulos va citando canciones e instrumentos musicales: fandango, bolero, zambras y otros bailes; laúd, flauta pastoril, címbalos, tambores y trompetas. Pero sobre todo junto a los cantares de voz enamorada aparecen continuamente el repiqueteo de las castañuelas y la guitarra, el “talismán de la alegría española” según dice en el capítulo Una fiesta en la Alhambra.
“Ah, señor, cuando los moros dominaban Granada, eran un pueblo más alegre que hoy. Sólo pensaban en el amor, la música y la poesía, componían estrofas con cualquier motivo y a todas las ponían música”. “En el pueblo de Berbería, incluso la gente más humilde compone todavía tan buenas canciones como en otro tiempo” (Capítulo, El patio de los Leones)
CUENTOS DE LA ALHAMBRA
Esta grabación con músicas históricas para los Cuentos de la Alhambra de Washington Irving es un encargo del Patronato de la Alhambra con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de su muerte. De los 34 capítulos del libro, hemos tomado tan sólo dos de ellos, por ser la música tan protagonista como sus personajes.
Son consecutivos: La leyenda de las Tres Hermanas Princesas y La leyenda de la Rosa de la Alhambra.
El extracto de los cuentos ha servido de guión para la secuencia musical en paralelo anímico con el ambiente de la narración y con los poemas de las canciones elegidos.
El objetivo es captar el ambiente y las circunstancias de Washington Irving en su vivencia de Granada, con melodías y poemas árabes de la música andalusí nazarí, pasando por las canciones cristianas de amor del siglo XV en el momento de la conquista de Granada por los Reyes Católicos, y por la música barroca de la época de Felipe III, Felipe IV y Felipe V, también protagonista de la segunda leyenda, hasta la música romántica de principios del siglo XIX contemporánea del autor.
Frente al subjetivismo trascendente e idealizado impregnado de orientalismo de Washington Irving, hemos tomado músicas históricas documentadas interpretadas con instrumentos de su época. Así la guitarra, mencionada en todos los cuentos, aparece como solista musical en sus versiones, medieval, barroca y romántica. El laúd árabe es de obligada presencia por ser uno de los protagonistas de los dos cuentos.
Este trabajo de selección e interpretación musical es un homenaje a los palacios de la Alhambra y del Generalife desde los cuentos de un viajero romántico. Esperamos con ello pasar a ser parte de la familia de los “hijos de la Alhambra”.
Eduardo Paniagua
The Patronato de la Alhambra y Generalife (the Council of the Alhambra and the Generalife) commissioned this CD to the well known specialist in medieval music, Eduardo Paniagua to commemorate the work of the American writer, Washington Irving. The Council has been organizing activities to celebrate the 175th anniversary of the publication of the first edition of the Tales of the Alhambra since 2007. The programme has continued until this year, 2009, to celebrate the 150th anniversary of the author's death. The songs were composed especially for the occasion, knowing that the listener would enjoy them and that they would contribute musically to the fame of the Alhambra and the Generalife, just as the Tales of the Alhambra and the author themselves have furthered the renown of these monuments. The work is released today to coincide with the Opening of the Temporary Exhibition ""Washington Irving and the Alhambra. 150th Anniversary (1859-2009)"" and we hope that it will bring pleasure to all.
Granada, 1 October, 2009.
María del Mar Villafranca Jiménez (Director of the Council)
Eduardo Paniagua, born in Madrid in 1952, is an architect as well as a specialist in the music of Medieval Spain. In 1994 he founded the PNEUMA record label which he also manages, and started to release his own musical productions. In his musical career he has always participated in concerts and is involved in most of these recordings. He was awarded the Jerusalem Medal of the Four Sephardic Synagogues in October 2004 for his musical work in support of the co-existence of cultures. For bringing this previously unreleased music to the fore he is receiving excellent critical acclaim and international prizes, having been nominated as the Best Classical Musical Artist by the Spanish Academy of Music in 1997, 2000, 2004, and 2008. In 2009 he won this prize.
THE ROSE OF THE ALHAMBRA
TALES BY WASHINGTON IRVING
WASHINGTON IRVING
Washington Irving (1783-1859), writer and diplomat, born in New York, arrived at the Alhambra in the spring of 1829. He lived in the palace itself and was really a chronicler of its inhabitants when he wrote the legends and stories that he left us in his book Tales of the Alhambra. This book was published in London in 1832 and re-published in an extended version in New York in 1857.
The legends Irving relates are not invented. He merely transmits the tradition that he hears from his neighbours in the Alhambra. He then uses the material of some legends to weave the next ones, as is the case of the timid Zorahayda in the legend of the three princesses. In the legend of the Rose of the Alhambra Zorahayda was baptized and left her marvellous lute behind. This is one of the best composed tales in the book, according to Andrés Soria, who wrote the introduction.
The Alhambra is Paradise on earth, object of devotion, a hill-top fortress crowned with towers. Irving says “So many songs and ballads, Arab and Spanish, of love, war and cavalier combat, are connected to this oriental palace”.
In all the chapters he quotes songs and musical instruments: fandango, bolero, zambras and other dances: the lute, the pastoral flute, cymbals, drums and trumpets. But above all, the voice, pining for love, continuously appears, and is accompanied by the clicking of the castanets and the sound of the guitar the “talisman of Spanish joy”, as he says in the chapter “A Fiesta in the Alhambra”. “Ah señor, when the Moors held Granada, they were a gayer people than they are nowadays. They thought only of love, music, and poetry. They made stanzas upon every occasion, and set them all to music”. “The people of Barbary, even those of lower classes still make couplets, as in old times” (Chapter, Court of the Lions).
TALES OF THE ALHAMBRA
This is a recording made with historical music for the Tales of the Alhambra by Washington Irving. It was commissioned by the Council of the Alhambra to commemorate the 150th anniversary of the author’s death. Of the 34 chapters in the book, we have taken only two in which the music is just as important as a protagonist as the characters, the consecutive tales: The Legend of the Three Princesses and The Legend of the Rose of the Alhambra.
The text was the script for the music and words to the songs, which adapt to the mood and atmosphere of the narrative. The idea was to capture the atmosphere of Washington Irving’s experience in Granada and his circumstances through music from different eras: nazari andalusi melodies and Arabic poems, 15th century Christian love songs from the time of the conquest of Granada by the Catholic monarchs, baroque music from the time of Philip III and Philip V (who is also one of the main characters in the second legend), right up to the romantic music of the time of the author at the beginning of the 19th century.
In response to Washington Irving’s transcendent and idealized subjectivism impregnated with Orientalism, we have taken documented historical music performed on instruments of the time. In this way, the guitar, mentioned in all the tales, appears as musical soloist in its medieval, baroque and romantic versions. The Arab lute could not be left out as it is one of the protagonists of the two tales.
This task of musical selection and performance is a tribute to the palaces of the Alhambra and the Generalife taken from the tales of a romantic traveller. We hope that with it we will become part of the family of the “children of the Alhambra”.
Eduardo Paniagua